Si algo no me gusta de la NBA, es su sistema de competicion. A estas alturas de la temporada, si no ves un partido de equipos luchando por un puesto en Play Offs, la intensidad brilla por su ausencia, bien sean equipos en puestos altos, los cuales intentan descansar de cara a su primera ronda en postemporada y dejan en el banco a su artilleria pesada, o bien sean equipos de cola, que dan por tirada a la basura la temporada y no se juegan nada (no como en ACB, por ejemplo, con el tema de los descensos). Incluso algunos, de cara a conseguir un buen puesto en el Draft, acumulan derrotas a proposito.
Bien, el otro dia me disponia a ver a mis Kings (sin alegrias desde aquel equipo de ensueño liderado por C-Webb a comienzos de siglo) ante L.A Clippers, dos de los equipos del segundo grupo. El partido fue un continuo ataque, sin defensas, estrategia, intensidad...
Pero entre aquel dolor de cabeza que me levantaba el partido, surgio un halo de esperanza, ese clavo ardiendo al que nos aferramos los seguidores Kings: Tyreke Evans.
El rookie, actualmente promediando 20.3 ptos, 5.2 rebs, 5.6 asistencias, busca convertirse en el cuarto novato de la historia (por detras de tres don-nadies como Oscar Robertsn, Michael Jordan y Lebron James) en promediar un 20-5-5.
El actual juego de los Kings es un caos, pero es un privilegio para el espectador poder ver a un jugador que apunta a superestrella de esta decada.
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